jueves, 7 de febrero de 2008

Mis 10 discos imprescindibles: "¡Corre, corre!", Leño (1982)

Unos datos rápidos sobre el contexto español para situar al LP: 1982 es el año del mundial de Naranjito (servidor vió en el partido de inauguración a Maradona con 5 añitos); un año antes habíamos tenido el intento de golpe de estado del 23-F; Calvo Sotelo era presidente del gobierno (dato importante, luego veréis el porqué) hasta que en octubre gana las elecciones generales el PSOE; la movida madrileña está en pleno auge, desbancando al rock duro; el Papa visita España; se aprueban estatutos de autonomía varios; España se adhiere a la OTAN... y así hasta el día de hoy.

En este contexto, Leño era una de las bandas más grandes del panorama rockero en España, por no decir la más grande -en mi opinión, son y serán los más grandes de aquí siempre-. Se habían consolidado como un magnífico "power-trío" de rock urbano, con Rosendo como líder indiscutible y principal compositor, que a pesar de no ser un virtuoso a la guitarra y mucho menos al micro, tenía un carisma inmenso y un talento para las letras que ya destacaba, y contaba con una potente base rítmica formada por Ramiro Penas a la batería y Tony Urbano al bajo. Sus conciertos llenaban pabellones, hacían giras con Miguel Ríos, tocando con gente como Luz Casal o el ahora jefe de la innombrable, Teddy Bautista, y vendían una cantidad de discos respetable.

Y todo esto se ve plasmado en el disco: si el anterior trabajo de estudio, "Más madera", tenía unos temas muy buenos pero arruinados por los infames arreglos de teclado estilo new-wave de Teddy Bautista, "¡Corre, corre!" es puro rock urbano de guitarra-bajo-batería sin más. La banda se quiso quitar ese sonido artificial de encima y lo consiguió con nota.


El LP arranca con "¡Corre, corre!", un tema rápido que habla de salirse de lo establecido, de no seguir las reglas:

Lo tienen decidido, debes ser otro eslabón
¡Corre, corre!
Y tú desde muy crío te saliste del renglón.
¡Corre, corre!

Le sigue "Sorprendente", un tema con aires pop-rock que más tarde versionarían los S.A., y que parece un autorretrato del Rosen ("Soy bastante deficiente/me gustaría ser feliz/No tengo cuenta corriente/dime qué puedo hacer por tí") dedicado a alguien cercano. "No se vende el rock and roll" es un rock clásico que arranca con un punteo al más puro estilo Chuck Berry y que habla de la movida, de cómo se vendía como rock algo que claramente no lo era, aunque desde los medios (y el poder) se encargaron de apoyarlo. En la parte central del tema, Tony Urbano y Ramiro Penas meten sendos solos con sus instrumentos, demostrando que no son mancos.

"La fina" es un pedazo de blues de barra en el que Rosendo nos da una lección sobre ligoteo, contándonos la historia de una conquista que le sale rana por recatada. Casi podemos imaginárnoslo apoyado en la barra de un tugurio mientras se lamenta al paciente camarero de turno. Por cierto, el blues es un género que suele meter Rosendo en la mayoría de sus discos, quizás para homenajear a su gran ídolo, Rory Gallagher.

"¡Que tire la toalla!" es un tema con miga, ya que cuentan que alguien identificó al entonces presidente Calvo Sotelo con el protagonista del tema ("Esa imagen convincente/que sale en televisión/madera de presidente/hombre serio") y consiguió que se censurara en las principales emisoras de radio del estado. Un tema atemporal que podría aplicarse a cualquier político de cualquier época, incluyendo la actual, por supuesto. Luego viene "Entre las cejas" y te lanza un mensaje de optimismo para que no te conformes con lo que te rodea y te muevas para cambiarlo.

"No lo entiendo" es un tema rápido en la línea de "¡Corre, corre!", y en el que Rosendo me recuerda un poco a Paco Martínez Soria en "La ciudad no es para mí", ya que ironiza sobre la velocidad con la que los cambios sociales se sucedían. Incluso canta algunas estrofas en catalán. De hecho, los otros dos miembros de Leño eran catalanes. El disco cierra con "¡Qué desilusión!", un medio-tiempo algo oscuro en la que un taciturno y hastiado Rosendo sólo encuentra consuelo en la música.

Lo que sucede tras este discazo es historia: gran gira, separación, problemas legales entre Rosendo y Zafiro, primer álbum en solitario del de Carabanchel, etc. Pocos artistas pueden decir que lo dejaron en su momento artístico más alto, Leño lo hizo y por ello hay tanta gente que los recuerda tan bien y desea que se junten de nuevo. Personalmente creo que sería un error, pero quién sabe... Ahí tenéis el vídeo del tema "¡Corre, corre!", disfrutadlo:




Salu2, Paco.

2 comentarios:

Raquel dijo...

Bueno, este es el tipo de rock que no me gusta... pero igual de tanto leer tus posts y ver los video me acaba gustando (bueno, ceo que tendrías que escribir a diario!)

Del principio de este post me surge una gran pregunta existencial... existirá todavía el rock cuando España gane un mundial?

PakoRock dijo...

Mira que intento escribir más por aquí, pero lo dejo para otro día, y otro día, y otro día... y cuando me doy cuenta ya ha pasado un mes.

Y si la salud de nuestro rock depende de que España gane un mundial, tenemos rock para siglos :-P