sábado, 10 de enero de 2009

Mis 10 discos imprescindibles: "Para mal o para bien" - Rosendo (1994)

Tengo que reconocer que prácticamente no escucho casi nada de rock español o en español actual, y lo poco que oigo últimamente son las novedades del señor del que voy a hablar, alguna cosilla que descubro de casualidad (como mis paisanos Dkapitors y su primer disco "El primer crim") y muchos clásicos.


Rosendo Mercado es el músico español al que más admiro. Sin ser el guitarrista más virtuoso ni técnico de nuestra escena (en su estilo tampoco es necesario tocar 300 notas por segundo), sin tener una gran voz (aunque canta muy bien con lo que tiene), con una imagen alejada del clásico rockero mojabraguitas (su tocha ya mítica, pelo largo, un aro en una oreja, camiseta blanca o negra, tejanos y zapatillas, nada más), con una música nada enrevesada (rock urbano) y una actitud bastante humilde, ha conseguido ser uno de los músicos españoles más respetados por todos, rockeros o no.

Rosendo lleva 4 décadas en el mundo musical. En su primera época pasó por bandas como La Patata Química, Yesca, Fresa o Ñu, posteriormente formaría los míticos Leño, que dejaría en lo más alto para iniciar su carrera en solitario, y así sigue hasta hoy. Durante estos años se ha consolidado en el rock urbano, género mezcla de rock clásico, punk rock y rock duro, aunque no le ha hecho ascos a otros estilos (ha compuesto varios blueses, reggaes y baladas).

Hace años tenía una camiseta con la portada del disco. Triunfaba la jodía...

"Para mal o para bien" es mi disco favorito de Rosendo, en parte por las circunstancias personales que viví cuando lo descubrí, pero sobretodo por la calidad de su música. Sus dos discos anteriores ("Deja que les diga que no!" y "La tortuga"), para mi gusto habían bajado un poco el nivel de "Jugar al gua", y además el sonido de la guitarra era mejorable. En "Para mal o para bien" Rosendo toca varios palos, como el rock duro, el rock clásico, algo de punk, alguna balada y un gran reggae acústico, escribe unas letras realmente buenas y lo combina todo -bajo la producción de Eugenio Muñoz- con un gran sonido.

Bombo, caja, bombo, caja, bajo y riff en Si. Así comienza "De qué vas?", potente mediotiempo dedicado a su hijo Rodrigo, al que la letra debió molestar más que una colleja por su incisividad:
¿De qué vas? Siempre impresionando como el trueno.
Dime ¿de qué vas? Si aún no has aprendido a sonreír.
Confundes marginal con "nunca me dan lo que yo quiero"
y pienso maldición eres un corazón salvaje, ¿de qué vas?


Una intro de piano, guitarra con wah-wah, bajo de slap y percusiones varias da paso a "Tengo que no tengo", tema en el que Rosendo nos explica el hastío con el que una persona media afrontaba el día a día en aquella época (recordemos que estábamos en plena crisis de los 90). Y es curioso, pero 14 años después, el siguiente tema "Puedo ser más eficaz" vuelve a tener vigencia plena. Este rock clasicón que hablaba de aquella crisis, aplicado a la actualidad no desentonaría, y tal que antaño ahora también me quedo con su "Prefiero pensar que mañana nada va a ser igual". Gran solo de guitarra, por cierto.

"A la sombra de una mentira" es una calmada y delicada balada que frena en seco el inicio del álbum, y en la que de fondo podemos oír el sonido del mar en el Cabo de Gata, lugar en el que se grabó el disco. En "Hasta de perfil" Rosen vuelve a pisar el acelerador, esta vez con la ayuda de dos miembros de Celtas Cortos a la flauta y violín, que meten unos grandes arreglos. Arreglos que con su actual formación guitarra-bajo-batería se pierden, obviamente, sin impedir que siga siendo un temazo. La letra también es brillante, una crítica a alguien a quien se le sube el poder a la cabeza.


"Como estatuas de sal" también cuenta con colaboración externa, esta vez son los coros de Los Dalton. Es un tema rápido que critica, bajo mi punto de vista, la actitud pasiva de la juventud del momento y sus escasas aspiraciones de cambio. "Lo que tú y yo sabemos" es una versión de Antonio Vega que habla de la vida del músico durante una gira y su soledad. Gran tema. Igual que "Es natural", una canción en la que Rosendo parece hablarnos de él mismo ("No sé aguantar del tirón y me escaqueo de vez en cuando/huyo de las luces del flash como si hubiera que esconderse de algo") e incluso de su presente y futuro en solitario.

"Díselo tú!" es uno de los típicos reggaes que no suelen faltar en los últimos discos de Rosendo. La letra es hilarante, y destroza al típico "flipao", al fantasmita de turno, al pijo snob que no se pierde ni una, vamos. Suerte que llega Rosen para ponerlo en su sitio... o para que lo hagamos nosotros ("díselo tú, compadre"), y se aleja silbando. "Mi tiempo" es un tema con unos cambios de ritmo interesantes y una letra algo enigmática, que diría que versa sobre un caso de corrupción, aunque tratándose del Rosen, a saber... Cierra el álbum el instrumental guitarrero "Suspensivos".

Os dejo con un vídeo en directo de "Díselo tú!":



Salu2, Paco.