sábado, 28 de junio de 2008

Hipotecado

Los que me conocéis ya sabéis el porqué de esta viñeta de Forges...


Salu2, Paco.

miércoles, 4 de junio de 2008

Mis 10 discos imprescindibles: "Sad Wings Of Destiny", Judas Priest (1976)

Judas Priest es una de las bandas más grandes del Heavy Metal, si no la más grande. La consistencia de su base rítmica, con el siempre fijo e imprescindible Ian Hill y los baterías cambiando más que en Spinal Tap, su siempre infravalorado pero afilado dúo guitarrístico Tipton-Downing, con sus clásicos solos melódicos de guitarras dobladas, y la potencia y versatilidad de registro vocal de Rob Halford, con una garganta capaz de bajar con su voz a la fosa de las Marianas y subir en el mismo tema al propio Everest en su mejor momento (ahora es diferente, cosas de la edad), sumado a su talento compositivo, han hecho de la banda inglesa un referente para posteriores formaciones.


Formaciones que han seguido su estela no sólo en cuanto a la música, sino también en cuanto a su imagen. Y esto último tiene su historia, ya que por todos es sabido que el mundo jebi es mayoritariamente machista y hetero, y resulta curioso que legiones de metaleros heteros y muy viriles vistan con cuero, tachas y pantalones ajustados gracias a que Rob Halford así lo hiciera en escena a finales de los 70 creando moda, con una peculiaridad... que es gay, y vestir así era como una pequeña válvula de escape, ya que llevó su condición sexual en secreto hasta 1998.


Centrándonos en la música, si bien su álbum de debut "Rocka Rolla" (cuya portada por cierto lo fue más tarde del juego "Ballistix", pero eso es otra historia) no era precisamente heavy ortodoxo, si acaso rock progresivo, el segundo LP puede definirse como una pieza maestra del género -toma expresión original al canto-, aunque pasados los años hay que reconocer que la producción pudo haber sido algo mejor, ya que en ese aspecto no ha envejecido muy bien.

"Victim of changes" inicia el álbum con un punteo de guitarras gemelas que desemboca en el lento y pesado riff inicial. Cuentan que este tema es la fusión de dos temas diferentes, y eso se nota hacia la mitad de la pista. Halford se deja la garganta y demuestra su versatilidad, cantando tanto en tonos bajos como unos agudos imposibles cerca del final del tema. Un clásico. Como el siguiente, "The Ripper", con letra dedicada, obviamente, a Jack El Destripador ("Los que oigáis mi advertencia, no le déis nunca la vuelta al Destripador"). Un temazo rápido con cambios de ritmo y solos de guitarra doblados marca de la casa. Años después Tim Owens, vocalista que sustituiría a Halford a finales de los 90, tomaría el apodo de "Ripper" en honor a este tema.


Tras la tralla, un arpeggio de guitarra acústica inicia la lenta balada "Dreamer deceiver", en la que Rob vuelve a mostrarnos su potencia al micro. El tema concluye con un piano que enlaza con otro cañonazo, "Deceiver", una clásica cabalgada al más puro estilo "Hard Lovin' Man" de Deep Purple o "Children of the Grave" de los Sabbath, que nos sitúa en el espacio, rodeados de cometas y vientos solares, y que concluye con el mismo arpeggio con el que comenzaba el tema anterior.


"Prelude" es una pieza de introducción al siguiente tema en el que predomina el piano. "Tyrant" es un corte rápido, un gran clásico cuyas letras hablan sobre un cruel y despiadado tirano, podría aplicarse a muchos líderes actuales (como ese en el que estáis pensando, sí) con otro solo épico de guitarras dobles. Y como a muchos tiranos les gusta eso de cargarse gente a tutiplén, pues le sigue el cañero "Genocide", con una temática que ya os podéis imaginar. Originariamente Halford cantaba este tema a plena voz y en un tono bastante agudo, pero lamentablemente ahora tiene que hacerlo en falsete.

Cerrando ya el LP, "Epitaph", otra preciosa balada con piano (instrumento como véis presente en casi todos los temas) sobre la muerte -aunque parezca un contrasentido- con algunos pasajes que dan que pensar ("He's our tomorrow, just as much as we are his yesterday"/"Él es nuestro pasado, así como nosotros somos su ayer"), e "Island of Domination", un tema potente con algunos cambios de ritmo memorables ambientado en una isla-prisión que bien podría ser Alcatraz. El grito final con efecto de eco de Halford finiquita un discazo que, en su momento, fue todo un decálogo de Heavy Metal para bandas de la NWOBHM como Iron Maiden, Saxon y otras.

Como siempre, os dejo con un vídeo de un tema, el gran "The Ripper":



Por cierto, el pasado 16 de junio salió el nuevo álbum de los Judas, "Nostradamus", así que ya sabéis, ¡¡¡a hacerse con él cuanto antes!!!


Salu2, Paco.